ENFERMERÍA CUIDÁNDOTE - ISSN 2695-9364
Rubio Trujillo A. Efecto de una intervención de Enfermería del Trabajo para reducir el sedentarismo en los profesionales sanitarios del hospital. Protocolo de investigación
Efecto de una intervención de Enfermería del Trabajo para reducir el sedentarismo en los profesionales sanitarios del hospital. Protocolo de investigación
Effect of a Occupational Health Nursing intervention to reduce sedentarism in hospital health professionals. Research Protocol
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Resumen Introducción: La falta de actividad física es un gran problema a nivel de salud física, mental y laboral. Desde la enfermería del trabajo debemos velar por promover y proteger la salud de los trabajadores para obtener niveles óptimos de bienestar. Objetivo: Evaluar si se produce una mejora del nivel de actividad física de los trabajadores del HRUM mediante intervenciones por parte de enfermería del trabajo. Método: Este estudio es un ensayo clínico aleatorizado formado por grupo intervención y grupo control. La población serán los profesionales del Hospital y la muestra se aleatorizará con regla sistemática, siguiendo el orden de llegada a los reconocimientos médicos laborales. Se preguntarán datos sociodemográficos y se valorará el nivel de actividad física mediante el Cuestionario Internacional de la Actividad Física IPAQ, la aptitud para realizar ejercicio con el Cuestionario PAR-Q y el grado de motivación para realizar el cambio. La intervención de enfermería será una prescripción de ejercicio físico a través del consejo motivacional. Palabras claves: Actividad Física; Enfermería del Trabajo; Hospital; Profesionales Sanitarios; Sedentarismo. |
Abstract Introduction: Lack of physical activity is a major problem for physical, mental and occupational health. From occupational nursing we must ensure to promote and to protect the worker health to obtain optimal levels of well-being. Objective: To assess whether there is an improvement in the level of physical activity of HRUM workers through interventions by occupational nursing. Method: This study is a randomized clinical trial consisting of an intervention and control group. The population will be the professionals of the Hospital and the sample will be randomized with a systematic rule, following the order of arrival at the occupational medical examinations. Sociodemographic data will be asked and the level of physical activity will be assessed using the International Physical Activity Questionnaire IPAQ, the aptitude to exercise with the PAR-Q Questionnaire and the degree of motivation to change. The nursing intervention will be a prescription of physical exercise through motivacional advice. Keywords: Health Workers; Hospital; Occupational Nurse; Physical Activity; Sedentary. |
Introducción La falta de actividad física es la principal causa de muerte prematura. Se ha visto que 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física insuficiente1. En Andalucía, según la Encuesta Andaluza de Salud 2015-20162, el 89% de la población refirió tener una actividad física habitual o trabajo sedentario, entendiendo este como el realizado sentado o de pie, sin realizar esfuerzos. Además, el 38% de la población residente en Andalucía mayor de 16 años, declaró no practicar ejercicio físico en su tiempo libre, manteniendo las mujeres (41,8%) una vida más sedentaria que los hombres (34%). A medida que aumenta el grupo etario, aumenta la proporción de personas con trabajos o actividades habituales sedentarias, al igual que en la vida sedentaria en el tiempo libre. Concretamente, en nuestra provincia de se encontró que más del 40% de sus ciudadanos tuvieron un tipo de vida sedentaria en su tiempo libre. Como indica la OMS3, la inactividad causa un incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT). Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (como los ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes. Las ENT afectan a todos los individuos, sin distinción de edad o procedencia. Estas enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, pero los datos muestran que 15 millones de todas las muertes atribuidas a las ENT se producen entre los 30 y los 69 años de edad. La actividad física es uno de los factores de riesgo modificables para estas enfermedades, por lo que podemos actuar sobre ello realizando una prevención primaria, actuando antes de que se presente la enfermedad o incluso secundaria, retrasando el desarrollo de la enfermedad. De hecho, distintos estudios, como son el de Bull et al.4 y Remor et al.5, demostraron que las personas físicamente activas padecen menos enfermedades y tienen una incidencia de afecciones cardíacas, oncológicas y otras enfermedades crónicas significativamente menor que aquellas con hábitos de vida sedentarios. Además, según la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO)6, una cantidad cada vez más amplia de investigaciones sugiere que hacer cualquier tipo de actividad para evitar estar sentado durante mucho tiempo ayuda a reducir el riesgo de cáncer. El aumento de los niveles de inactividad física no solo tiene repercusiones negativas en los sistemas de salud, sino que afecta también al medio ambiente, al desarrollo económico, al bienestar de la comunidad y la calidad de vida (OMS). Incluso, se ha demostrado que la actividad física también incide en el bienestar psicológico7,8. Diversos trabajos han puesto de manifiesto que la condición física se relaciona positivamente con la auto-percepción general de la salud9, los estados de ánimo positivos y la disminución de sentimientos negativos10, la autoestima11, y se relaciona negativamente con la ansiedad12 y el estrés percibido5. Por otro lado, son numerosos los trabajos que muestran la relación positiva entre la práctica de ejercicio físico e indicadores de rendimiento laboral. En este sentido, un estudio de Thøgersen-Ntoumani et al.13 puso de manifiesto los efectos positivos del ejercicio en el bienestar psicológico de los empleados. En concreto, este trabajo analizó el papel del ejercicio en el bienestar percibido en el trabajo llegando a la conclusión de que el ejercicio físico se asociaba, de forma directa e indirecta, con altos niveles de bienestar psicológico en las distintas facetas de la vida de los trabajadores. Siguiendo con el ámbito laboral, Musich et al.14 demostraron que la promoción de la salud en el trabajo es una medida efectiva para disminuir el absentismo laboral y minimizar la pérdida de productividad. Una actual revisión sistemática15 sobre terapia de ejercicio físico en lumbalgia, principal causa de absentismo laboral en los países desarrollados16, concluyó que existe evidencia sobre la eficacia del tratamiento con terapia de ejercicio físico frente al tratamiento habitual en personas con este dolor. Asimismo, según Gates et al.17 se han encontrado relaciones negativas entre la productividad laboral de los trabajadores y su obesidad. Sobre esto mismo, encontramos un meta-análisis que señala la importancia de realizar intervenciones variadas de programas de actividad física en el ámbito laboral18. Concretamente, en el ámbito sanitario Rostami et al.19 concluyó, a través de un ensayo clínico aleatorizado, que la realización de yoga por parte de enfermeras de Unidades de Cuidados Intensivos resultó en una mejora de la calidad de vida percibida por éstas. Se observó que al mes, a los dos meses y a los 6 meses fue incrementando consecutivamente. Viendo lo positivo de las intervenciones sobre actividad física en la salud y en el ámbito laboral, es interesante que esto sea abordado a través del este mismo área y por tanto desde la Unidad de Vigilancia de la Salud, ya que tenemos contacto diario con los profesionales. De hecho, según la Guía para Disminuir el Sedentarismo del Servicio Andaluz de Salud20 solo el 30,5% de la población que participó en la EAS 2011 ha recibido recomendaciones de su médico para realizar actividad física. Ya que el objetivo de la práctica de salud laboral es promover y proteger la salud de los trabajadores, mantener y mejorar la capacidad y habilidad para el trabajo21. Las intervenciones sobre promoción de la salud son responsabilidad de enfermería, ya que entra dentro de sus competencias como parte del proceso de atención de enfermería (PAE)22. Este proceso incluye realizar un Plan de Cuidados individualizado utilizando la metodología enfermera. Este método tiene varias fases, que son respectivamente: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación. El diagnóstico de estos pacientes sería Estilo de vida sedentario (00168) según la NANDA23. En la planificación nuestros objetivos, según la NOC24, serían “Participación en el ejercicio (1633)” y “Conducta de cumplimiento de actividad prescrita (1632). Y finalmente la ejecución la llevaríamos a cabo con la intervención, según la NIC25, de “Enseñanza: ejercicio prescrito (5612)” mediante diferentes actividades. Según toda esta evidencia encontrada, se pone de manifiesto la importancia de tener un buen nivel de actividad física para obtener una salud física, mental y laboral óptima, y se justifica el papel de la enfermera especialista como protagonista en este proceso de educación para la salud centrado en el trabajador y su salud. Por ello, este estudio se centra en intentar reducir el sedentarismo y mejorar el nivel de actividad física de los trabajadores a través de una intervención realizada por la enfermera especialista del trabajo de la unidad de Vigilancia de la Salud. Realizando una valoración previa del nivel de actividad y una prescripción de ejercicio de físico. Objetivos General
Específicos
Material y Método Muestra La información se obtendrá durante los reconocimientos médicos laborales realizados en el servicio de Vigilancia de la salud. Criterios de inclusión
Criterios de exclusión
Tamaño de la muestra
Diseño Se trata de un proyecto analítico experimental, concretamente un ensayo clínico aleatorizado. Dentro de la muestra se formarán dos grupos, a uno se le expondrá a la intervención y al otro no. La muestra se obtendrá aleatorizando de manera sistemática a los trabajadores que acuden a los reconocimientos. Esta regla sistemática será por orden de llegada, es decir, el primero citado irá al grupo control, el segundo al grupo intervención, y así sucesivamente. Se realizará una valoración inicial a ambos grupos. En el grupo control no realizaremos intervención específica mientras que en el otro grupo sí. Ambos serán valorados posteriormente en el periodo de un mes. La intervención será a modo de consejo motivacional, por parte de las enfermeras del trabajo del servicio. En este consejo, se prescribe el ejercicio a realizar con la intensidad y la frecuencia más conveniente, se abordan los aspectos que motivan al profesional para el cambio, se evalúan los posibles obstáculos y se entrega material de apoyo en forma de folleto informativo con ejemplos de actividades a realizar. La prescripción del ejercicio se realizará pactando con el sujeto y se entregará en un documento para mejor compresión de este (Anexo 1). Sabemos, gracias a las recomendaciones de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (2010) y a la OMS (2010), que el objetivo para llevar una vida activa y mejorar la capacidad aeróbica sería realizar al menos 30 minutos al día durante 5 días a la semana (150min/semana de intensidad moderada o actividad física vigorosa 75min, o combinación de ambas). Así mismo, también recomiendan ejercicios para mejorar fuerza de mínimo 2 días a la semana ejercitando grupos musculares grandes y realizar estiramientos de intensidad moderada para mejorar la amplitud de movimiento20. Para intentar conseguir este objetivo podemos elegir varios tipos de actividad física, elegir la frecuencia a lo largo de la semana y el tiempo de duración, además de la intensidad. Variables e instrumentos Para comprobar el efecto de la intervención sobre el aumento de la actividad física se realizará una valoración inicial y otra posterior, pasado un tras la intervención. En primer lugar, se recogerán los datos sociodemográficos de edad, sexo, peso, talla, IMC y categoría profesional. Se utilizará una hoja en forma de anamnesis creada para ello (ver Anexo 2). A continuación, valoraremos si el profesional es apto para realizar ejercicio físico y por tanto si podemos prescribírselo. Para ello, utilizaremos el Cuestionario de Aptitud para la Actividad Física PAR-Q (27) (Anexo 3). Fue creado para detectar personas en las que la realización de un programa de ejercicio físico no sería apropiado, bien porque tenga una patología que lo contraindique, por alguna medicación específica o sintomatología incompatible. Está validado para edades comprendidas entre 15-69 años, rango de edad en el que está nuestra población de estudio. Es un cuestionario autoadministrado y consta de 7 preguntas cerradas con respuesta dicotómica de si/no. Si el usuario contesta a alguna de las preguntas con un “SÍ”, no sería apto para realizar actividad física prescrita por nosotros y debe informar a su médico sobre el resultado de este cuestionario. Tras esto, se entregará el Cuestionario Internacional de la Actividad Física (IPAQ) (28), en su formato corto (Anexo 4). Es un instrumento que puede ser usado para obtener datos internacionalmente comparables, relacionados con actividad física y salud. Ha sido desarrollado y probado para ser usado en adultos (en rango de edad de 15-69 años). El desarrollo de éste comenzó en Ginebra en 1998 y se realizó posteriormente un examen de validez en 12 países en el año 2000. Se realizó su traducción al español y con ello obtenemos la versión que se utilizará en este proyecto29. Es un cuestionario autoadministrado y su formato es en forma de preguntas cerradas, en las que las respuestas pueden ser expresadas en días por semana, horas y minutos. Pregunta sobre tres tipos específicos de actividad realizada en los últimos 7 días, dividido en cuatro dominios. Estos son, por orden de aparición respectivamente: actividades vigorosas, moderadas, caminar y tiempo sentado. Los ítems fueron estructurados para dar puntuación separada en caminar, actividad de intensidad moderada y de intensidad vigorosa. La puntuación está expresada en MET, este término sirve para medir la actividad física y que es la energía consumida mientras se permanece en reposo. Para el criterio de clasificación seguimos la siguiente indicación: Categoría 1: Actividad física baja o inactivo si:
Categoría 2: Actividad física moderada si:
Categoría 3: Actividad física Vigorosa si:
Por último, para conocer en qué momento del proceso del cambio y el estado de motivación de los participantes, evaluaremos su estado de motivación al cambio siguiendo el modelo transteórico del cambio de Prochaska y Diclemente30. Estos autores lo clasifican en varios estados descritos a continuación:
Es útil conocer en qué momento se encuentra cada profesional antes y después de la intervención, para saber de dónde partimos y hacía donde llegamos en este proceso. A continuación, se recogen las variables del estudio obtenida gracias a estos instrumentos descritos: Análisis de datos Para el análisis de los datos utilizaremos el software de estadística IBM SPSS Statistics 26 y el programa Microsoft Excel. Se realizará la medición de todas estas variables cualitativas mediante la frecuencia acumulada, frecuencia relativa, frecuencia relativa acumulada y porcentajes. Para comparar si hay significación estadística entre ambos grupos se aplicará la prueba chi cuadrado (χ²). Aspectos éticos Este proyecto se ha realizado siguiendo las directrices de la Declaración de Helsinki (Fortaleza 2013) y de las Normas de Buenas Prácticas Clínicas. Los datos de carácter personal se han tratado según el reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de los datos personales y a la libre circulación de estos datos” y la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de datos personales y garantías de los derechos digitales. Sesgos y limitaciones Este estudio es un ensayo clínico aleatorizado, que son considerados los estudios experimentales que aportan mayor evidencia. Gracias a ello, los resultados obtenidos serían bastante significativos. Aun así, ningún estudio está libre de posibles problemas o sesgos. En primer lugar, no podríamos utilizar técnicas de enmascaramiento, ya que no se puede utilizar el simple o doble ciego. Cada grupo sabe perfectamente si recibe la intervención o no. Por otro lado, se podría cometer el sesgo de autoselección o efecto del voluntario, definido por el grado de motivación que puede tener un individuo al participar voluntariamente en un estudio. Por último, también podría darse el sesgo de atención o de Hawthorne, ya que los sujetos pueden comportarse de manera diferente a lo que sucedería en condiciones normales al saber que están siendo analizados y observados. Aplicabilidad en vigilancia de la Salud Este estudio podría ayudar a los enfermeros/as del trabajo a cambiar su práctica diaria en materia de prevención y promoción de la salud. No es común ver a este colectivo utilizar el proceso de atención enfermero ni realizar prescripción de actividad física como tal. Es una actividad que realmente forma parte de nuestras competencias y los trabajadores pueden verse muy beneficiados de ello. Para nadie es sencillo realizar un cambio de hábitos de vida, y recibir este apoyo e impulso desde los enfermeros que están día a día en tu mismo entorno laboral puede enriquecer mucho. Bibliografía |
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Anexos Anexo I. Prescripción ejercicio Anexo II. Hoja Anamnesis Anexo III. Cuestionario Aptitud para la Actividad física PAR-Q Anexo IV. Cuestionario Internacional para la Actividad física IPAQ Anexo V. Consentimiento e información para participar en el estudio |
Enfermería Cuidándote. 2023; 6