ENFERMERÍA CUIDÁNDOTE - ISSN 2695-9364
Reina Miranda D. Telemedicina como medida de prevención de caídas en personas mayores en sus domicilios: revisión bibliográfica
Telemedicina como medida de prevención de caídas en personas mayores en sus domicilios: revisión bibliográfica
Telemedicine as a measure to prevent falls in older people in their homes: literature review
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Autor de correspondencia:Las obras se publican en esta revista bajo una licencia Creative Commons Attribution 4.0 International License (CC BY 4.0) que permite a terceros utilizar lo publicado siempre que mencionen la autoría del trabajo y a la primera publicación en esta revista.
Resumen Introducción: Esta revisión bibliográfica parte de las premisas de que el 33% de las personas mayores de 65 años se caen anualmente y del aumento del uso de la telemedicina debido a la pandemia de COVID-19. Por esto se ha estudiado la efectividad de la telemedicina como herramienta de prevención de caídas en personas mayores de 65 años residentes en sus domicilios. Metodología: El estudio se ha desarrollado en dos partes o fases: una de carácter más general (búsqueda narrativa) y otra a partir de la propia pregunta de investigación (búsqueda más estructurada, exhaustiva y metodológica). Resultados: Con relación a los criterios de inclusión, fueron 10 los estudios seleccionados para formar parte de la revisión bibliográfica estructurada. Tras la revisión de los artículos a través de la herramienta CASPe, se ha determinado que presentan una buena calidad metodológica y un nivel de evidencia alto (nivel I). Conclusiones: En esta revisión bibliográfica, se demuestra de manera significativa la efectividad de los programas de telemedicina como técnica de prevención de caídas en personas mayores. Los estudios encontrados miden especialmente los resultados motores, por esto se propone como futura investigación incluir un análisis más holístico y multifactorial. Palabras clave: Efectividad; Personas Mayores; Prevención de Caídas; Telemedicina. |
Abstract Introduction: This bibliographical review is based on the premises that 33% of people over 65 years old fall each year and that 10% of them suffer serious injuries and the increase in the use of telemedicine due to the COVID-19 pandemic. For this reason, the effectiveness of telemedicine as a fall prevention tool in people over 65 years old residing at home was investigated. Methodology: The methodology has been divided into two: one of a more general nature (narrative search) and another with the research question itself (more structured, exhaustive and methodological search). Results: After which 10 studies were finally selected to form part of the bibliographic review. These studies present a good methodological quality and a high level of evidence (level I). Conclusions: In this bibliographical review, the effectiveness of telemedicine programs for the prevention of falls in the elderly is demonstrated in a significant way. The studies found especially measure motor results, for this reason it is proposed a future research to include a more holistic analysis. Keywords: Accidental Falls; Aged; Telemedicine; Treatment Outcome. |
Introducción Según el grupo de trabajo dedicado al estudio de las caídas de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), un 33% de las personas mayores de 65 años y un 50% de las mayores de 80 años se caen anualmente; asimismo, más de la mitad de ellas se caerán nuevamente en el mismo año. También es destacable que el 10% de las caídas en personas mayores provocará lesiones graves, incluyendo fractura de cadera. Debido a esta elevada prevalencia y por el aumento de la esperanza de vida, que lleva por tanto a un mayor riesgo de caídas, la prevención de estas caídas se convierte en un factor fundamental en el abordaje sociosanitario de esta población; además del alto coste económico que generan dichas caídas1 en el sistema público. También hay que sumar que la población actualmente se encuentra envejecida, es decir, que cada vez la supervivencia es mayor, incrementando la tasa de personas mayores en la sociedad. Esto que, a priori puede parecer un problema a la sociedad, se puede convertir en una oportunidad para la investigación; para realizar más estudios sobre dicha población y mejorar sus condiciones de vida. Por otro lado, la telemedicina y el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC) se están expandiendo con fuerza dentro del sistema sanitario, tanto por el propio desarrollo de la sociedad, donde cada vez están más presentes estas tecnologías, como por la pandemia de la COVID-19. Además, estas herramientas mejoran aspectos como la accesibilidad y la participación de los usuarios2,3. Tras esto, la pregunta de investigación cuestionada para este trabajo sería la siguiente: ¿es efectiva la telemedicina como medida de prevención de caídas en personas mayores de 65 años que residen en sus domicilios? Metodología Diseño de estudio El diseño de este estudio es una revisión evaluativa y sistematizada o estructurada, ya que de una manera esquematizada, siguiendo la mayoría de pasos de una revisión sistemática, responde a una pregunta específica muy concreta4. Criterios de inclusión y exclusión Los criterios de inclusión designados para este trabajo fueron los siguientes:
Por otro lado, los criterios de exclusión marcados fueron:
Estrategia de búsqueda Las búsquedas bibliográficas se dividieron en tres fases, en la primera se realizó una búsqueda general o inicial (utilizando lenguaje libre) para concretar y acotar el tema de investigación. En la segunda fase se realizaron búsquedas, tanto con lenguaje controlado como con lenguaje libre en las diferentes bases de datos; también se llevó a cabo una búsqueda retrospectiva o “snowballing”, además de una búsqueda documental en diferentes páginas webs de instituciones, organizaciones y asociaciones científicas y profesionales. Por último, se realizó una búsqueda focalizada o específica para concretar algún tema de carácter significativo. La estructura del apartado de metodología se ha dividido en dos, una que aglutina los primeros cinco subapartados del apartado de resultados, donde se realizó una revisión narrativa de carácter general; y otra parte, con relación al sexto y último subapartado del epígrafe de resultados, que se llevó a cabo una revisión bibliográfica más estructurada, metodológica y exhaustiva. Para realizar la búsqueda bibliográfica, se identificaron algunos de los descriptores que hacían referencia al tema tratado en esta revisión, a través del Medical Subject Headings (MeSH) en lengua inglesa, obteniéndose los siguientes descriptores: “Accidental falls”, “Telemedicine”, “Aged” y “Treatment outcome”. También se consultaron los términos que recogen dichos MeSH para utilizarlos en las búsquedas en bases de datos que no incluyan este tipo de terminología, por ejemplo, los descriptores que recoge el MeSH de “Telemedicine” son: “Telehealth”, “eHealth”, “Mobile Health”, “Virtual Medicine” y “Tele Intensive Care”. También se han buscado los correspondientes descriptores en castellano (DeCS) para las bases de datos en este idioma (SciELO y CUIDEN Plus). Además, se han utilizado diferentes operadores booleanos (principalmente AND y OR) para concretar más aún la búsqueda. Las bases de datos consultadas para la búsqueda bibliográfica de los artículos fueron las siguientes: PubMed, CUIDEN Plus y CINAHL para los apartados correspondientes a la revisión narrativa; y PubMed, Cochrane Library, CUIDEN Plus, CINAHL, SCOPUS y SciELO para la revisión bibliográfica estructurada. Selección de los artículos y estrategias de evaluación Una vez realizada la búsqueda de la literatura, se realizó la lectura crítica de los estudios encontrados, para la revisión estructurada, mediante instrumento de lectura crítica CASPe y el instrumento para la lectura crítica de estudios epidemiológicos transversales STROBE5. Dichos instrumentos realizan la evaluación de la calidad de los estudios y confirman su eficacia clínica. Más concretamente, para esta revisión se utilizaron las plantillas CASPe correspondientes a cada tipo de estudio, siendo los artículos seleccionados evaluados de forma individual. Se usaron: plantillas para revisión sistemática6 y plantillas para ensayos clínicos7. Para los estudios descriptivos trasversales encontrados en la revisión del tema, se les aplicaría el instrumento para la lectura crítica para este tipo de estudios, STROBE5. Tras la búsqueda y la revisión de cada uno de los artículos encontrados, se ha realizado un diagrama de flujo de la información según la declaración PRISMA correspondiente a la búsqueda más exhaustiva y específica; reflejado en la Figura 18. Resultados Descripción de la salud de las personas mayores Actualmente se observa un patrón demográfico caracterizado por tres fenómenos: la disminución de las tasas de natalidad y mortalidad y el aumento de la esperanza de vida. Esto nos lleva a tener una sociedad envejecida con una inversión de la pirámide poblacional; con todo lo que conlleva en la salud de esta población9,10. El envejecimiento afecta de manera desigual a los distintos sistemas corporales, esto es importante conocerlo, ya que relacionado con ello podrían surgir diferentes patologías en las personas mayores y, por tanto, saber de ellos nos ayuda a realizar, en función del momento del tiempo en que se encuentre, alguna actividad con carácter preventivo11,12. Los cambios causados en los diferentes sistemas y órganos y sus efectos son los que se describen en la siguiente tabla:
Debido a estos cambios, la salud de las personas mayores se puede considerar que se encuentra reducida. Además, esta prevalencia de enfermedades está provocada no solo por el aumento de la incidencia de éstas, sino también a la mejora del tratamiento de patologías previas y, por lo tanto, mayor supervivencia ante estas enfermedades14. Estas enfermedades suelen ser tediosas de diagnosticar y de tratar, puesto que la mayoría de ellas se presentan de manera solapada y subaguda; haciendo que en muchos casos puede llegar a la frustración15,16. Caídas: mecanismo de acción, frecuencia y factores de riesgo Una caída se define como el resultado de alguna circunstancia que precipita a la persona al suelo en contra de su voluntad. En los ancianos es uno de los problemas de salud más destacables, siendo las caídas la segunda causa de muerte por accidente en población geriátrica; de ahí la importancia de trabajar la prevención de caídas en la comunidad17,18. Las caídas presentan una gran prevalencia en esta población. Según distintos estudios, el 30% de las personas mayores de 65 años sufren al menos una caída al año, además el 20% de estas personas que se caen sufren fractura de cadera. Así mismo, dos terceras partes de las personas que ya han sufrido una caída se vuelven a caer en 6 meses19,20. Existen unos factores de riesgo para la posible aparición de una caída, estos funcionan de manera sumatoria, es decir, cuantos más factores de riesgo tenga mayor probabilidad de sufrir una caída. A pesar de conocerlos, estos factores de riesgo no son comunes para todas las personas, ya que están influenciados de manera directa por el proceso de envejecimiento personal, la presencia de diferentes patologías más propensas a la pérdida de equilibrio y las limitaciones funcionales y/o ambientales a la que se enfrente la persona mayor18,21. A grandes rasgos, los factores de riesgo se pueden clasificar en intrínsecos (relacionados con los cambios asociados al proceso de envejecimiento, los procesos patológicos que predisponen a las caídas y la yatrogenia) o extrínsecos (no dependen de la persona, sino que tienen relación con la actividad que estaba realizando y el lugar donde estaba justo en el momento de la caída)22–24. Consecuencias de las caídas en la salud de las personas mayores Las consecuencias en la salud de las personas mayores tras una caída son muy diversas, pudiéndose clasificar en cuatro categorías: consecuencias físicas, consecuencias ocupacionales, consecuencias psicológicas y consecuencias socioeconómicas25. Con respecto a las consecuencias físicas, las más comunes son: lesiones de partes blandas, fracturas (cadera principalmente), traumatismos articulares, traumatismo craneoencefálico, hipotermia, trombosis venosa profunda, entre otras. También es destacable que la persona tenga que estar con una inmovilización prolongada; esto favorece la aparición de úlceras por presión (UPP), enlentecimiento del tránsito intestinal, disminución de la función ventilatoria y atrofia muscular y anquilosis, a la par de la aparición de un cuadro confusional agudo25,26. Por otro lado, las caídas afectan de manera significativa al desempeño funcional, modificando su estilo de vida. Provocando principalmente: abandono de roles significativos, cambio de hábitos, déficit para el desarrollo de las actividades de la vida diaria (AVD), pérdida de interés en ciertas actividades e incorporación de nuevos roles disfuncionales27. Las consecuencias socioeconómicas en las personas mayores tras una caída no sólo se relacionan con el aumento del gasto sociosanitario para el cuidado de las posibles lesiones, sino sobre todo con el aumento de la necesidad de cuidado. Esto provoca un gasto económico y emocional en los cuidadores, pudiendo llegar a la sobrecarga o agotamiento del cuidador; en muchos casos los familiares deciden la institucionalización al llegar a una situación de claudicación en la prestación del cuidado25,28,29. Por último, las consecuencias psicológicas de las caídas están relacionadas con el síndrome post-caída. Este síndrome se define como las consecuencias que se producen a corto y medio plazo, que no son directamente derivadas de las lesiones físicas de la caída; están relacionadas con cambios en el comportamiento de la persona mayor que ha sufrido el accidente. Esto provoca miedo a sufrir una nueva caída, una pérdida de confianza para realizar determinadas actividades sin volver a caerse y una disminución de la movilidad y del desempeño funcional y ocupacional17,30,31. Rol de la Enfermería en el campo de prevención de caídas La prevención de caídas se realiza desde los tres niveles de intervención. Los profesionales implicados en este ámbito son los siguientes: médicos, enfermeras, auxiliares de Enfermería, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales; todos ellos para abordar de manera más holística la intervención en prevención de caídas. Además, esta intervención se realiza en diferentes ámbitos, tanto en la hospitalización como en la atención residencial y en atención primaria23,30,32. La utilización del lenguaje enfermero estandarizado es fundamental para el abordaje de la prevención de caídas, ya que existen algunos diagnósticos destacables para este proceso; principalmente el diagnóstico 00257: Síndrome de fragilidad del anciano y también el diagnóstico enfermero 00231: Riesgo de síndrome de fragilidad del anciano. Además de los diagnósticos enfermeros (NANDA), son destacables los resultados u objetivos (NOC) relacionados con este tema, existen 27 objetivos en relación con la prevención de caídas siendo algunos de ellos: el objetivo 1909: Conducta de prevención de caídas, el resultado esperado 1912: Caídas, el objetivo 1828: Conocimiento prevención de caídas, entre otros. Por último, relacionados con las intervenciones enfermeras tendríamos 21 intervenciones (NIC), algunas como: la intervención 6490: Prevención de caídas, la intervención 1665: Mejora de la capacidad funcional o la intervención 0222: Terapia de ejercicios de equilibrio28,33. Otro de los diagnósticos enfermeros a tener en cuenta con respecto a este tema sería el diagnóstico 00303: Riesgo de caídas del adulto, que lo define como «susceptibilidad del adulto de experimentar un evento que resulte en acabar echado en el suelo o en otro nivel inferior por descuido, que puede comprometer la salud». Además, en este diagnóstico enfermero se recogen los factores de riesgo, la población de riesgo y los problemas asociados al riesgo de caídas. También podemos observar varios objetivos relacionados como: el 1939: Control del riesgo: caídas, así como los anteriormente mencionados28. También es importante destacar el diagnóstico 00085: Deterioro de la movilidad física. En él se incluyen los aspectos que definen este deterioro (alteración de la marcha, dificultad para girarse, disminución de las habilidades motoras finas y gruesas, entre otros), los factores relacionados (disfunción cognitiva, apoyo del entorno inadecuado, rigidez articular, dolor, disminución de la fuerza muscular, etc.) y los problemas asociados (depresión, enfermedades neuromusculares, deterioro sensorio-perceptivo, …)28. Telemedicina: conceptos generales, tipos y usos en la actualidad La telemedicina nace de la unión de la tecnología y la medicina para la utilización en los procesos sanitarios y ponerla al servicio de la persona para mejorar y/o mantener su salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la telemedicina como «aportar servicios de salud por cualquier profesional de la salud, usando las nuevas tecnologías de la comunicación para el intercambio de información en el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de enfermedades o lesiones, investigación y evaluación, y educación continuada de los proveedores de salud, todo con el interés de mejorar la salud del individuo y sus comunidades»34,35. Con respecto a las ventajas que tiene la telemedicina destacan principalmente: la reducción de las desigualdades en cuanto a la accesibilidad, diagnósticos y tratamientos más rápidos, facilita la continuidad de cuidados y la adherencia terapéutica, mayor implicación de la persona en su proceso de salud, evita traslados. Por otra parte, algunas de las desventajas que puede causar son: posible pérdida de la privacidad y confidencialidad en la relación entre el profesional de la salud y el paciente, falta de seguridad en el manejo de datos, acceso bajo a las TIC por parte de cierta población, sobre todo en poblaciones más necesitadas o desfavorecidas (donde probablemente se encuentren categorizados muchos ancianos)36. Actualmente, el desarrollo de diferentes aplicaciones y programas relacionados con las TIC ha tenido un auge, tanto en la práctica clínica como en la investigación, durante la pandemia mundial del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Muchos de los usos de la telemedicina implantados durante la pandemia de COVID-19 se han quedado actualmente formando parte del sistema sanitario37,38. Algunos de los posibles usos de la telemedicina, muchos especialmente relacionados con la atención primaria, destacan especialmente: teleconsultas, teleatención en el niño, telemonitoreo de enfermedades crónicas, teleatención a problemas cutáneos, teleasistencia del embarazo y puerperio, teleprevención y teleatención mental39-41. Efectividad de la telemedicina como técnica o medida de prevención de caídas en personas mayores residentes en sus domicilios Una vez realizada la revisión de la literatura y la valoración con los instrumentos de lectura crítica, se presenta en la siguiente tabla en la que se muestran, de forma esquemática y estructurada, los principales elementos significativos de los artículos incluidos en la revisión.
Con respecto a la calidad metodológica de los 10 artículos incluidos tras la lectura crítica con su correspondiente CASPe según el diseño de estudio, todos ellos presentan una buena calidad; en concreto, los artículos de Gustafson et al.42, Bernocchi et al.46, Miranda-Duro et al.48 y Yi et al.49 tienen una buena calidad metodológica, mientras que los estudios de Martins et al.43, Delbaere et al.44, Barker et al.45, Thwaites et al.47, Kuang et al.50 y Hong et al.51 presentan una muy buena calidad metodológica, tal y como se aprecia en la Figura 2. Discusión En relación al diseño de estudio de los artículos incluidos en esta revisión, seis de ellos son ECA42,44-46,49,51, dos son revisiones sistemáticas43,48, y otros dos son revisiones sistemáticas y metaanálisis47,50. Todos ellos con un nivel de evidencia I, por lo que en líneas generales podemos confirmar que los artículos incluidos en esta revisión bibliográfica tienen un alto nivel de evidencia. Con respecto a los ECA42,44-46,49,51 que componen esta revisión, utilizaron métodos cuantitativos, además todos ellos presentan un grupo de intervención al cual se le aplica la técnica estudiada y un grupo de control para controlar los efectos de dicha práctica. Destacar que dos de ellos, el estudio de Barker et al.45 y el de Hong et al.51, tuvieron un doble ciego tanto para evaluadores como para los participantes; y que uno de ellos, el estudio de Delbaere et al.44, estuvo cegado para el evaluador. El resto de los ECA no presentaron ningún tipo de cegamiento o, al menos, no lo mencionaron. En la mayoría de los artículos incluidos, el tamaño muestral fue adecuado, ya que se incluyeron alrededor de 200 participantes en cada grupo. A excepción de los estudios de Yi et al.49 y de Hong et al.51, que contaron con un tamaño muestral más reducido, 35 personas en cada uno de los grupos y 10 mujeres en el grupo de intervención y 13 en el de control respectivamente, en cada uno de estos estudios. La comparación entre la intervención y el grupo de control no fue igual en todos los ensayos clínicos incluidos. En tres de ellos42,49,51, fue sin ningún tipo de intervención, es decir, aconsejaron al grupo de control que siguiera con las mismas rutinas en sus actividades cotidianas; en cambio, otros tres estudios44-46 compararon los programas de telemedicina con la atención habitual, principalmente promoción de la salud y cuidados usuales. El tipo de intervención también fue distinta en los diferentes ensayos clínicos incluidos en la revisión. El estudio de Gustafson et al.42 utiliza un programa de telemedicina (ElderTree), incluyendo servicios sociales, informativos, de autogestión y motivacionales; el ECA desarrollado por Delbaere et al.44 llevo a cabo la intervención a través de un programa telemático (StandingTall) que consistía en ejercicios de equilibrio además de educación para la salud; el artículo de Barker et al.45 desarrolló un programa online (RESPOND) con educación telefónica, entrenamiento y establecimiento de metas y apoyo para el manejo de factores de riesgo de caídas; el estudio realizado por Bernocchi et al.46 diseñó un programa de telesalud que incluía ejercicios de fuerza, de equilibrio y televigilancia telefónica (1 vez a la semana); el ensayo de Yi et al.49 utilizó un programa de telemedicina donde se incluían diferentes ejercicios para la prevención de caídas; y, por último, el estudio de Hong et al.51 investigó un programa de ejercicios telepresenciales enfocados a los aspectos físicos y psicológicos de las caídas. También existieron diferencias en cuanto al tiempo de intervención de los programas de telemedicina desarrollados por cada uno de estos estudios. El estudio de Gustafson et al.42 desarrolló el programa de intervención durante 12 meses, la mitad de ese tiempo (seis meses) fue el utilizado por los estudios de Barker et al.45 y Bernocchi et al.46 para la intervención; menos tiempo fue el que destinaron en los ensayos clínicos de Hong et al.51 y en el de Yi et al.49, que estudiaron la efectividad del programa de telesalud en 12 semanas (tres meses) y en ocho semanas (dos meses) respectivamente. Por otro lado, el estudio más amplio fue el de Delbaere et al.44, que se desarrolló la intervención de telemedicina durante dos años. Con respecto a los resultados obtenidos en los artículos incluidos en esta revisión directamente relacionados con las caídas en las personas mayores, se observa que el estudio de Gustafson et al.42 es el único que no encuentra cambios significativos (p=0.83) en la prevención de caídas del grupo de intervención (programa de telemedicina) en comparación con el grupo de control (no intervención). En cambio, los demás estudios analizados sí muestran cambios significativos en las caídas, por ejemplo el ensayo clínico realizado por Delbaere et al.44 muestra una reducción de la tasa de caídas (p=0.027) y las caídas que se produjeron en los sujetos del programa de telesalud fueron significativamente menos perjudiciales (p=0.031); el estudio de Barker et al.45 también muestra una disminución significativa de la tasa de caídas (p=0.042) y una disminución de la tasa de fracturas (p=0.03) en el grupo de intervención, sin embargo no demostró relación significativa con las lesiones provocadas por las caídas (p=0.374); y en el artículo desarrollado por Bernocchi et al.46 los autores demostraron cambios significativos en la tasa de caídas (p<0.001) de las personas mayores participantes en el programa de telemedicina, así como una disminución del riesgo de caídas (p<0.001), un aumento del tiempo hasta que se produjo la primera caída (p=0.001) y una disminución de las personas que sufrieron al menos dos caídas (p=0.02). En relación a cambios en las destrezas físicas de las personas participantes en los estudios, podemos observar que en el ensayo clínico realizado por Delbaere et al.44 la telemedicina produjo un aumento significativo de la actividad (p=0.036); el estudio desarrollado por Yi et al.49 también muestra mejoras significativas en la fuerza, la velocidad de la marcha, la longitud de la zancada y el equilibrio estático (p<0.05), sin embargo, no demuestra cambios estadísticamente significativos con respecto al equilibrio dinámico (p>0.05); por último, el artículo de Hong et al.51 demuestra cambios significativos a la hora de levantarse y sentarse en una silla (p=0.001) y en el equilibrio (p=0.02). Por último, con respecto a otros resultados que afectan a las caídas en las personas mayores tras la aplicación de un programa de prevención de caídas basados en la telemedicina, se demostró lo siguiente: el estudio de Gustafson et al.42 observó cambios significativos en la mejora de la calidad de vida (p=0.005), aumento del apoyo social percibido (p=0.007) y disminución de la depresión (p=0.034); en cambio, no muestra variaciones significativas en la independencia de estas personas; el ensayo clínico desarrollado por Delbaere et al.44 mostró una mejora significativa en la calidad de vida (p=0.01) de las personas que realizaron el programa de telesalud, sin embargo no hubo cambios en el estado de ánimo (p=0.077); el artículo de Yi et al.49 nos muestra una bajada significativa de la depresión (p<0.05); y, finalmente, el estudio realizado por Hong et al.51 analizó una mejora significativa en relación al miedo a sufrir una caída (p=0.01). En cuanto a los artículos incluidos en cada una de las revisiones sistemáticas analizadas, la distribución quedó del siguiente modo: el estudio de Martins et al.43 incluyó un total de 21 artículos, siendo en su mayoría ECA y ECE; la revisión desarrollada por Thwaites et al.47 analizó 17 artículos de los cuales eran ECA y pretest – postest principalmente; el estudio realizado por Miranda-Duro et al.48 incluyó 12 artículos, donde hubo tanto casos cuantitativos como cualitativos; y la revisión sistemática elaborada por Kuang et al.50 analizó 26 artículos, siendo principalmente ECA. Con respecto a los resultados y conclusiones obtenidas en estas cuatro revisiones, la primera de ellas, el estudio desarrollado por Martins et al.43 demuestra que la telemedicina es una herramienta potente para mejorar la atención sanitaria de las personas mayores con trastornos del equilibrio y riesgo de caídas, además detalla que estos programas de telesalud podrían utilizarse para la promoción de la salud y participación de los usuarios y gestión telemática. La revisión sistemática y metaanálisis realizada por Thwaites et al.47 concluye que existen diferencias significativas en prácticamente todos los artículos incluidos en la revisión (encuentra esta diferencia en 16 de 17 artículos) entre la aplicación de un programa de telemedicina en comparación con la intervención de fisioterapia presencial (p<0.001); en cambio, no encuentra diferencias estadísticamente significativas en relación al miedo a caerse. Por otro lado, la revisión desarrollada por Miranda-Duro et al.48 resume que no se puede llegar a una conclusión certera con respecto a la aplicación de herramientas de telesalud en Terapia Ocupacional para la prevención de caídas en personas mayores, ya que la literatura es escasa. Finalmente, la revisión sistemática y metaanálisis realizada por Kuang et al.50 concluye que los programas de telemedicina reducen significativamente el riesgo de caídas (p<0.0002), que mejoran el equilibrio (p=0.04) y la autoeficacia percibida para realizar las AVD sin caerse (p=0.005); en cambio, no encuentra diferencias significativas en relación a la fuerza de las extremidades inferiores (p=0.78) y a la calidad de vida (p=0.11). En resumen, se puede observar que los resultados obtenidos tienen coherencia entre sí, ya que en todos ellos se muestran mejoras significativas directamente en la prevención de caídas (analizando la tasa de caídas, el riesgo de caídas, entre otros parámetros) o en aspectos totalmente relacionados con las caídas (equilibrio, miedo a caerse, fuerza, depresión, velocidad de la marcha, etc.). Con respecto a las implicaciones para la práctica en este campo de la telemedicina es importante destacar la necesidad de alfabetización tecnológica, es decir, que las personas mayores puedan utilizar y entender correctamente los recursos digitales que son necesarios para la aplicación de dicha intervención. Esto es fundamental puesto que a muchas personas mayores les supone una barrera y, por tanto, no podrían beneficiarse de los posibles beneficios de la telemedicina en el área de la prevención de caídas. Otro de los aspectos a tener en cuenta en la práctica es la necesidad de tener disponibles los dispositivos electrónicos (ordenador, smartphone o tablet), así como acceso a internet para poder completar adecuadamente la intervención en prevención de caídas a través de telemedicina. Por otro lado, las implicaciones para la investigación, tras el análisis de los resultados obtenidos, que se pueden llevar a cabo en próximos estudios podrían ser: comprobar la efectividad de la telemedicina para la prevención de caídas en las personas mayores desde un punto de vista más holístico. Es decir, no solo tener en cuenta la tasa de caídas y los aspectos físicos relacionados con las caídas, sino también su implicación en la vida cotidiana de la persona, por ejemplo, analizando la funcionalidad en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, así como su desempeño ocupacional general. Conclusiones En relación a la descripción de la salud de las personas mayores, podemos señalar que la salud de dicha población es complicada de analizar debido a que es de carácter multifactorial. El envejecimiento va a ser desigual en cada persona en función de las características propias de ese individuo, así como las características de su entorno personal y cultural. Las caídas son uno de los problemas de salud más importantes en las personas mayores. La frecuencia de las caídas domiciliarias en las personas mayores de 65 años es del 30%, es decir, 30 de cada 100 personas con ese rango de edad se caen, al menos, una vez al año. Tras analizar los resultados obtenidos, podemos sintetizar que los factores de riesgo de caídas se clasifican en factores de riesgo intrínsecos (propios de la persona y del proceso de envejecimiento) y factores de riesgo extrínsecos (no dependientes de la persona; tienen relación con el ambiente y el entorno). Estos factores de riesgo funcionan de manera sumatoria o sumativa. Se ha hallado que las consecuencias que producen las caídas en la salud de las personas mayores son diversas, principalmente se resumen en cuatro grandes áreas: a nivel físico (fracturas, traumatismo craneoencefálico, ulceras por presión, atrofia muscular, etc.), funcional (déficit para realizar las actividades de la vida diaria, pérdida de interés en ciertas actividades, pérdida o reducción de roles desempeñados, entre otros), a nivel socioeconómico (aumento del gasto sociosanitario, mayor carga para los cuidadores o, incluso, la institucionalización de la persona mayor) y a nivel psicológico (síndrome post-caída). Concretamente, con respecto al papel que tiene la Enfermería en el campo de la prevención de caídas, ésta es fundamental, de hecho, en el lenguaje enfermero estandarizado existen varios diagnósticos enfermeros (NANDA), así como sus respectivos resultados esperados u objetivos (NOC) e intervenciones (NIC), relacionados directamente con la prevención de caídas. A través de los artículos analizados, se ha demostrado que la telemedicina se origina como la utilización de la tecnología para aportar servicios sanitarios, ya sean en el diagnóstico, tratamiento, prevención, investigación o en la educación. Actualmente, el uso de programas de telemedicina ha tenido un auge por la pandemia mundial de COVID-19, esto ha facilitado su uso en diferentes ámbitos, destacando las teleconsultas. Finalmente, tras realizar la actual revisión bibliográfica, se puede concluir que la aplicación de la telemedicina en las personas mayores de 65 años que residen en su domicilio es eficaz como medida de prevención de caídas, pudiéndose además inferir que ha tenido resultados significativos en la tasa de caídas y calidad de vida, así como en otros factores determinantes para aumentar o disminuir el riesgo de caídas. Además, podemos concluir que los programas de prevención de caídas en personas mayores con el uso de herramientas de telemedicina, han tenido resultados superiores y significativamente estadísticos, en comparación con la atención realizada habitualmente (consultas sanitarias, programas de educación y tratamiento fisioterápico, principalmente). En conclusión, aunque se demuestra de manera significativa la efectividad de los programas de telemedicina como medida para la prevención de caídas en personas mayores que viven en sus domicilios; y, a pesar de que debido a la pandemia de COVID-19 el número de estudios sobre este tema ha ido en aumento; es necesario seguir realizando estudios sobre su uso. Sobre todo enfocándolo desde un punto de vista más holístico, midiendo otros aspectos que son fundamentales en la vida cotidiana de esta población. Bibliografía |
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